No soy una viajera normal.
![]() |
No soy una viajera normal. |
No soy una viajera normal. No conozco el Norte Argentino y no
llegué más que hasta Bariloche en el sur. Bolivia con el “Salar del Uyuni” y Perú con su “Machu Pichu” siguen en mi lista de viajes pendientes. Tampoco fui a Tailandia,
Australia, o India. No conozco New York ni Marruecos, pero siempre los pongo en
primer lugar en mi lista de “Lugares que quiero conocer el próximo año”. No me
saqué una foto en alguna de las Islas del Sudoeste Asiático, ni con el Taj
Majal de fondo y mucho menos no hice ningún tipo de contorsionismo para sacar
una foto de las Torres Petronas enteras. Nunca hice “Couchsourfing” ni “Work
Away” aunque tengo cuentas activas y entro casi todos los días a “ver que hay”,
como si fuera un local de ropa. Hice “autostop” (o mejor dicho “hacer dedo”) un
par de veces, pero confieso que me dio un poco de miedo y “Blablacar” lo usaba
sólo con mujeres.
No soy una viajera normal. Al principio viajaba con de todo, con
los años fui aprendiendo. La valija grande se convirtió en mochila, pero hay
cosas de las que no me puedo desprender. Cuando viajo sola no me gusta “hablar
con cualquiera” sólo porque estoy sola y en los viajes hay que hacer sociales.
Creo que mi personalidad entre introvertida y tímida que me agarra en ciertos
momentos no ayuda. Al mismo tiempo los mejores amigos que me ha dado la vida (y
los viajes) los hice por “hablar con cualquiera”, por dejar de lado ese miedo
interno que me hace encerrarme, porque no me importó no saber hablar bien en
otro idioma, por ser un poco más la “Anyu de la gente”.
No soy una viajera normal. Lo primero que hago cuando llego a
destino es ir al supermercado. Es más, elijo el alojamiento basándome en si hay
supermercados cerca. En mis mapas de viaje marco bibliotecas, papelerías, grandes
librerías de renombre y pequeños locales con libros viejos, mercados de antigüedades
y gastronómicos. No sigo las guías de “Lo que no te debes perder de…” o “Las 15
cosas para hacer en…” aunque tengo que admitir que las consulto, las leo y a
veces las escribo, pero no las sigo…hago mi propia lista porque AMO LAS LISTAS.
No soy una viajera normal. Mi primer viaje fue el de mis quince años. Cambié mi "Fiesta de 15" por un mes de Safari en Sudáfrica.Creo que ese primer viaje fue un punto de inflexión mi vida, ahí empezó todo. En el 2011, como regalo de fin de mis estudios, viajé a Europa tres meses. Viví dos meses en Madrid y el último mes lo dediqué a recorrer ciudades normales y no tanto de Europa con mi hermana y una amiga. Cuando volví me terminé de convencer que eso era lo que quería para mi vida, por eso los casi tres años siguientes los dediqué a ver cómo podía hacerlo. A fines del 2014 dejé mi casa, mi ciudad, mi país para empezar esta
aventura de “Cocinar para viajar y viceversa”. Chile fue mi primer destino
y ahí nació mi “primer hijo digital”: COCODIS (Cocinar, Comer y Disfrutar). Con
este blog me animé a escribir para los demás, pero desafortunadamente el
trabajo y otras responsabilidades hizo que lo deje. Retomé a principios de este
año y fue una especie de “salvavidas” (pueden leer "La creatividad me salvó" para entender un poco más). En
el medio pasaron muchas cosas, hubo muchos viajes, volví dos veces a mi casa,
cociné en todo tipo de cocinas y conocí mucha gente. Incluso encontré el amor.
Hoy cumplo cuatro años como viajera anormal y conmigo también los
cumple mi primer hijo digital. Ambos comenzamos a transitar nuestro quinto año
de vida juntos, quien sabe lo que nos espera.
![]() |
No soy una viajera normal, soy una nómada gastronómica. (Diciembre 2014, Concepción - Chile.) |
No soy una viajera normal, soy una nómada gastronómica.
Viajen mucho y disfruten el momento.

No hay comentarios:
Publicar un comentario