lunes, 5 de noviembre de 2018

La creatividad me salvó.


De cómo la creatividad pasó de estar escondida a salir a la luz. De cómo la creatividad me salvó. 

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“Perderse para encontrarse” es una frase muy trillada pero es tan real que da miedo.
El 2018 fue un año de tantos cambios que ni yo se como pasó y ya está por terminar.
Desde el comienzo no fue nada fácil. Empecé el 2018 en los Alpes franceses, trabajando de lo que me gusta, aprendiendo mucho y practicando un idioma que tenía un poco olvidado. Pero no la pasé tan bien como creía, el frío se hacía notar hasta en la gente. Fue la primera vez que me perdí.
A mi rescate llegó este blog que lo tenía olvidado y revivió después de tres años inactivo. Fue gracias a un libro que me regaló él para el Día de los Enamorados. Ese libro me empujó a volver a escribir.

Hablemos de Comida, Dianne Jacob.
Dianne es una experta escritora especialista en gastronomía que imparte conferencias y talleres en los Estados Unidos y resto del mundo. Es autora y coautora de muchos éxitos y actualmente vive en California.
“Hablemos de comida” es la guía definitiva para escribir libros de cocina, blogs, memorias, recetas y mucho más.
El famoso chef Anthony Bourdain, fallecido hace poco, dijo acerca de este libro: “Es una obra concisa, ilustrativa y eminentemente práctica sobre los secretos de la escritura gastronómica profesional”.
“Hablemos de comida” me salvó.
Terminó la temporada de invierno y volví, pero a otra casa. Entre acomodarme y acomodar el nuevo hogar se me pasó el primer mes casi sin pensarlo. Pasó Semana Santa, empezó mayo, cumplí 30 años, vinieron mis papas y mi abuela a visitarme, hicimos un viaje divino y ahí se me fue otro mes. Ya en Junio/Julio tenía que empezar con el mayor de los objetivos que tenía para este año: “el pasaporte rojo”. Desde el día 0 no fue como lo esperaba y me volví a perder. Han pasado ya cuatro meses y el pasaporte está más verde que rojo pero no estoy tan perdida como al principio.

La creatividad me salvó.
Estaba negada, veía todo negro, no escuchaba a nadie. Sólo a mí y mis pensamientos negativos, pensando en que todo el esfuerzo de la gente que me rodea era en vano. Caí en un agujero oscuro que lo salvaba con el celular, instagram y esa pantalla que me hacía publicar fotos felices mientras no lo estaba. Ya no escribía tanto, estaba dejando de lado eso que unos meses antes me había salvado y me escondía atrás de esas fotos que poco demostraban cómo me sentía en ese momento. Entonces me prometí a mi misma y a los Santos en los que confío que no me iba a esconder más tras esa red social y así fue como hace tres meses que le puse un “stop”.
Al principio no fue fácil, no salía de mi casa por tres días seguidos...cosa que aún hoy sigo haciendo. Pero cuando tomaba el coraje para hacerlo caminaba siempre por lugares distintos y si tenía que ir a un lugar (que es casi siempre el supermercado) optaba por caminos diferentes aunque tardara más tiempo en llegar. Y sacaba fotos, a todo lo que se me cruzaba por la vista. Así fue como según él mejoré muchísimo y cada día son más lindas mis capturas.
Cocinaba mucho todos los días y no sólo las comidas imprescindibles. Empecé a hacer recetas tradicionales italianas, toscanas, hacía budines inventados y hasta hice dulce de leche. A todo esto también le sacaba fotos aplicando los conceptos que aprendí en un curso de fotografía gastronómica que hice en la Argentina antes de venirme.
Poco a poco empecé a escribir otra vez y no sólo para mi blog sino también para la Revista Digital EsFlorencia.
Me puse a investigar sobre otras mujeres viajeras como yo, vi lo que hacían y me propuse hacer lo mismo pero a mi modo, al modo de La Gata Flora. Una de mis "viajeras preferidas" es Aniko Villalba. Ella es argentina, viaja y escribe por el mundo (aunque ahora está parada en Amsterdam), tiene tres libros publicados y dos blogs (Viajando por ahí y Escribir.me) y no me canso de leerla, de escucharla, de mirarla en vídeos porque realmente es inspiradora. Recién la conocí a comienzos de este año, cuando me perdí por segunda vez y recurrí al mar que es Google para inspirarme un poco. Desearía haberla conocido antes. Ella siempre habla de Julia Cameron, una escritora, artista, profesora, entre muchas otras cosas más, de los Estados Unidos. Tiene 70 años y más de 30 libros escritos. Su primer libro "El Camino del Artista" (1992) es simplemente fantástico y los puede salvar si creen que están perdidos.
Austin Kleon es otro autor que sin el aporte de Aniko no hubiera conocido, así que también le doy gracias por eso. Él y su "Roba como un Artista" fue el punto de inflexión para que este 2018 pasara de "una mierda" a "una mierda con mejor olor". Es un libro corto, conciso y que se puede leer en una hora y volver a releer cuantas veces quieran porque no cansa.

"Es como tomar un vaso de CocaCola cuando estamos sin energía, nada más que no produce caries." 

Las manualidades, la pintura, las artesanías y todo lo que tenga que ver con cortar y pegar papeles, con dibujar y reciclar a mi me encanta. Participé (y participo) en grupos de escritura creativa, me sumergí en el mundo de los “Diarios de Viaje” (o Journals en inglés) y hasta descubrí un método que une estas dos cosas: la escritura creativa y el arte: el "Método Caviardage". Es un método creado y difundido en Italia por Tina Festa que junta el arte y la poesía escondida para hacer un "arte escrita" lo llamo yo. Austin hace algo parecido pero sin color, todo en negro y lo llama "Newspaper Blackout" porque solo usa diarios y un fibrón.
Una de las cosas que aprendí en todos estos talleres, y en el libro de Austin, es a darle más importancia al tiempo. ¿Ustedes se dieron cuenta de cuanto tiempo están frente a la pantalla del celular? Yo pensé que tras no usar más una de las aplicaciones que más usaba diariamente esto iba a cambiar pero no. Seguía sintiendo que al finalizar el día lo único que había hecho era estar con el celular en la mano.
Your Hour:
“Your hour” es una de las tantas aplicaciones que debe haber para medir el tiempo que pasamos con nuestro celular. No me anime a descargarla hasta hace una semana y no me sorprendió el resultado que me dió: era una “adicta”. Me propuse bajar los tiempos y lo he hecho, pero aun queda mucho trabajo. Si quieren la pueden descargar y hacer como si fuera una batalla contra ustedes mismos. A mi me sirvió muchísimo.

Estudios dicen realizar actividades manuales como tejer y bordar ayudan a disminuir el estrés. Así también médicos de Canadá dicen que el arte cura, en realidad que ayuda a curar enfermedades. Esto se debe a hay estudios que dicen que asistir a museos o muestras de arte tienen efectos positivos en personas que tienen depresión, ansiedad o están bajoneadas todo el tiempo, así como yo.
Todo esto sumado a la escritura creativa, al leer, al dibujar, al sacar fotos y porqué no a cocinar forma parte de la CREATIVIDAD.

La creatividad es la facultad que tenemos para crear algo de manera no tradicional, por eso digo que la creatividad me salvó.

La creatividad -como la propia vida humana- empieza en la oscuridad.
"El camino del artista" (1992)


"El manifiesto es éste: dibuja el arte que quieres ver, empieza
el negocio que quieres administrar, toca la música que quieres
oír, escribe los libros que quieres leer, crea los productos que
quieres usar. Haz el trabajo que quieres que se haga."
Austin Kleon, Roba como un Artista. (2012)

Si se sienten que están en un agujero negro o en una especie de arena movediza que los va chupando no se queden parados. Pongan a funcionar su lado derecho del cerebro y van a ver como de a poco van a empezar a mejorar.
Yo tardé en darme cuenta pero gracias a todos los que me rodean y a la creatividad me estoy salvando.

Y si no saben por donde empezar escríbanme y con mucho gusto les daré consejos de cómo poner en marcha nuestro lado derecho del cerebro y nuestra creatividad.
Disfruten del momento.

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