lunes, 5 de febrero de 2018

El té, una de mis (tantas) pasiones.

Los que saben dicen que es la bebida más consumida en el mundo después del agua. Para unos se trata simplemente de una bebida, pero para otros se podría decir que se trata de “toda una filosofía”.  Algunas personas lo toman únicamente porque reanima y calma la sed, mientras que para otros está asociado a rígidos y complicados rituales. 

Cuando voy al supermercado paso horas en frente de la góndola de tés e infusiones. Soy como una nena cuando pasa por la vidriera de una juguetería y se queda embobada con todo lo que ve. Y es que la gran variedad que hay de ellos me llama la atención. Cómo de una sola planta, la camellia sinensis, se pueden obtener tantos y tan diferentes variedades según el tratamiento que se le dé a la hoja. Hay cuatro tipos básicos de té: blanco, verde, rojo y negro. Después están las infusiones, que no son lo mismo que el té, ¡OJO! Solo podemos llamar té a aquel que viene de las hojas de la planta “Camelia Sinensis”. Las hojas del té negro se secan antes de fermentarlas; las de té verde se tratan al vapor, se trituran y se secan; las de té rojo se fermentan parcialmente; y las de té blanco se elaboran con los brotes más jóvenes de la planta. Muchos creen que el té es para “las abuelas” o para cuando estamos enfermos con un poco de miel y limón. Yo los quiero invitar a que la próxima vez que vayan al supermercado no pasen de largo por la góndola de los tés, y que prueben con comprar alguno. Después me cuentan cual eligieron y si les gustó. Frío, caliente, con azúcar, con miel, solo o con leche. Todos aseguran que el mejor té es el que viene en hebras, pero en el mercado hay muy buenas marcas de los famosos “saquitos”. Es cuestión de buscar, probar y elegir nuestro preferido. El té es rico, sólo hay que dejar los prejuicios y animarse.

Las fotos son de un viaje por Granada, hace un par de años. "El Zoco árabe": así se llama el mercado que está cerca de la Catedral donde además de locales de souvenires, hay teterías tradicionales al estilo marroquí donde poder disfrutar de un rico té y excelente pastelería. Para mi gusto una de las más ricas con gran presencia de miel, almendras y pistachos en todos sus dulces.
Podemos apreciar la gran influencia árabe que hay en esta ciudad. Y es que, durante mas de 500 años estuvo invadida por los moros. La Alhambra, uno de sus principales emblemas, originariamente fue construida como fortaleza, luego convertida en Palacio Real y desde 1984 es patrimonio de la humanidad.  
Estar en Granada es como adentrarse a Marruecos con todas sus tradiciones y el té es una de ellas. El más consumido en Marruecos es el té verde ya que es el más económico y, con el agregado de menta, el más indicado para paliar las altas temperaturas de la región.
Así estén en Argentina, España o Marruecos anímense y tomen té.

Viajen Mucho.

La Gata Flora. 







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