Antonio Machado dice en su poema: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Y al viajar agrego yo.
Pero se trata de andar tu propio camino, no de ir donde ya fueron los demás. Se trata de construirlo día a día, aprovechando las oportunidades y aprendiendo de los errores. Porque “vivir la vida” no es como una receta que te puede pasar tu abuela que a ella se la paso su abuela. “Vivir la vida” es cocinar tu propia receta, la receta de tu vida.
Nacer, crecer, ir a la escuela, ir a la universidad,
recibirse, trabajar, casarse, tener hijos....se parece a la lista de
ingredientes para “vivir la vida”. Pero, ¿qué es “vivir la vida”? A mi siempre
me gustó tener todo organizado, saber que voy a hacer después de lo que estoy
haciendo, tener planes de antemano. Pero desde que decidí vivir como vivo ahora
que me dije que no, que no podía seguir planeando todo porque si después algo
sale mal me vengo abajo. Es tan diferente a dejarse sorprender por planes
inesperados, lugares impensados, personas increíbles.
“Vivir la vida” es eso:
nuevos caminos que se abren, nuevas oportunidades que ocurren. “Vivir la vida”
es andar todos los días nuestro camino sin importar el tiempo que tardes o que
tan largo sea. Caminando, trotando, corriendo. “Vivir la vida” es preparar la
receta de tu vida todos los días.
La receta de mi vida no tiene muchos ingredientes, pero son
de calidad. Recuerdo que un profesor de la facultad siempre decía que no
ahorremos centavos cuando vamos a comprarlos ingredientes para hacer una receta
porque al final se nota. Y si que se nota. La receta de mi vida no tiene más
que amor, alegría, respeto, confianza, fe, humildad, esperanza, pasión y creatividad. MUCHA CREATIVIDAD. Y para
poder hacerla no hay más que ir mezclando todo de a poco, sin apuros, hasta
llegar al punto deseado. Y cocinar.
Tengo un par de secretitos, como toda buena cocinera. Pero
esos se los dejo para la próxima. Los invito a pensar en los ingredientes de la
receta de su vida y que me cuenten.
La Gata Flora.
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